Sculpture and photography, 2018
Una silla vacía ofrece un estímulo directo con la parte cansada de nuestra personalidad. Sentarnos en una silla vacía nos permite crear un diálogo interior para poner en orden nuestras emociones, aclarar la mente, coger aliento y retomar el camino.
Emblemas de nobleza, dioses, reyes, emperadores y patriarcas de grandes linajes, tradicionalmente se representan en sillas, ostentando el poder máximo por encima de aquellos que aún necesitan caminar. Sin embargo, para el resto de mortales las sillas han sido lugar de trabajo, de sufrimiento, de lucha o de olvido.
El trabajo como castigo. El sufrimiento como aprendizaje. La lucha como sustento. El olvido como la muerte. Ya sea tejiendo o gobernando en un trono, la soledad del que espera sentado está desierta. Una cola interminable de sillas en las que la lucha interior no cesa.
Despojadas de la funcionalidad básica de asiento, las sillas de Cristina Savage en TAIL TALES: ELLAS HABLAN nos muestran la permanencia del tiempo y nos enseñan el castigo como autoprotección, desprecio y engaño.
Para este proyecto y como referencia, Savage toma a cuatro mujeres de diferentes mitologías que asumieron la espera como tareas de esposa, madre y amantes, condenándose a sí mismas a no conocerse jamás.
En esta su primera exposición individual en La Casa Amarilla de Málaga, Cristina ofrece una serie ensamblada con objetos encontrados – sillas huérfanas – que rescató de las manos del basurero y adoptó para transformar en ambientes esculturales únicos, rebautizados en personajes icónicos.
Texto de Roy Laguna.
La Casa Amarilla, Málaga.